A la hora de comprar nuevos “aros” lo primordial es generar balance con la forma de tu propio Rostro, evitando formas geométricas similares y contrarrestando con otra forma geométrica opuesta.
Ejemplos:
Si tenes el rostro “redondo” evita los aros de forma circular y preferí aquellos de forma alargadas y/o angulosas
Si tenes un rostro con forma de “corazón” elegí aquellos con forma contraria a los rasgos triangulares de la cara, por eso si este es tu caso nunca luzcas unos que finalicen en pico o sé que ensanchen en la parte de arriba.